Los innies, los outies y los in-betweens. Por supuesto que todos conocemos los diferentes tipos de ombligos que hay, pero ¿alguien sabe realmente por qué somos como somos? ¿Cómo es que algunas personas tienen ese pedacito de piel extra que sobresale mientras que otras tienen un pequeño agujero?
Nuestros ombligos comienzan todos de la misma manera: como un cordón umbilical esperando a ser cortado y que los restos se desprendan formando lo que conocemos como ombligo. Alrededor del 90% de los ombligos son internos, mientras que el otro 10% son externos. Se cree que la forma en que el médico manipula el cordón umbilical puede influir en el desarrollo del ombligo. Los médicos sujetan varios centímetros del cordón umbilical del cuerpo y, una vez que éste se desprende, el trozo restante no puede manipularse ni modificarse quirúrgicamente. Tal vez haya una determinada distancia de cordón umbilical pinzado que tenga más probabilidades de crear un ombligo o viceversa. Como no hay pruebas que demuestren que esto es cierto, no podemos asumir que esta correlación es igual a la causalidad. Siempre existe la posibilidad de que los eventos se deban al azar y con este tema de los ombligos, podría ser que los ombligos outie sean más raros y sean producto del azar.
El Dr. Cetrulo de un hospital de Boston no está de acuerdo con la teoría de que los médicos influyan en el resultado del ombligo. Explica que el resultado del ombligo se debe al espacio entre la piel y la pared abdominal. Afirma que, «si el tejido blando sobresale, tienes un ombligo».
No estoy seguro de qué tipo de experimento se podría probar para intentar determinar la causa del ombligo. La información que tenemos proporciona una visión observacional del tema.
Como nadie tiene control sobre el tipo de ombligo que desarrollará un niño, es difícil determinar qué causa uno u otro tipo. Si bien hay un mayor porcentaje de personas con ombligo innato, hay casi la misma probabilidad de recibir otro. Nunca se sabe!