El complejo de la Embajada de EE.UU. en Pekín, que alberga más de 20 organismos y 700 empleados, es el segundo complejo de embajadas más grande jamás construido por el gobierno federal. Para mitigar su escala y crear una estética acogedora, SOM dividió el complejo en «barrios» basados en requisitos funcionales.
Ocho edificios componen el recinto de 4 hectáreas, incluyendo un edificio de servicios consulares, cuarteles de la marina y puestos de inspección perimetral. La pieza central del complejo es una reluciente caja de cristal de ocho plantas cuyo muro cortina alterna entre paneles de cristal transparentes, translúcidos y opacos. Por la noche, el edificio de oficinas iluminado recuerda a una linterna de papel tradicional.
El diseño de la embajada representa una fusión de influencias orientales y occidentales. Los paseos serpentean por el recinto, mientras que los patios y las zonas verdes evocan los históricos jardines chinos. Las artes visuales también influyeron en el diseño del recinto: Además de las obras donadas por Ellsworth Kelly y Louise Bourgeois, se encargó al célebre escultor Jeff Koons la creación de la pieza específica para el complejo, Tulipanes.