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El cuerpo humano parece estar enfriándose. Desde el siglo XIX, la temperatura normal del cuerpo ha disminuido en torno a medio grado, según un nuevo estudio basado en más de 677.000 mediciones termométricas realizadas desde 1860 en Estados Unidos. Los resultados se han publicado en la revista eLife.

En la actualidad, nuestra temperatura media es más baja que los 37 ºC que suelen considerarse normales. Y podría haber disminuido unas pocas centésimas de grado por década, según calcula un equipo dirigido por Julie Parsonnet, epidemióloga de enfermedades infecciosas de la Universidad Stanford, en California. «Si le preguntamos a un grupo de médicos, «¿Cuál es la temperatura normal?», responderán que 37 grados», afirma Parsonnet. La investigadora sospecha que el descenso en el número de infecciones crónicas explica que nuestros cuerpos sean ahora más fríos.

Termómetros rudimentarios

La cifra de 37 ºC para la temperatura normal del cuerpo data de 1851. La determinó Carl Reinhold August Wunderlich, médico alemán que realizó millones de mediciones a unas 25.000 personas y halló que su temperatura se movía en un intervalo de 36,2 a 37,5 ºC. » se convirtieron en el valor estándar, el que aparecía en los libros de texto y conocía la gente», señala Parsonnet.

Nadie cuestionó de manera rigurosa la cifra de Wunderlich hasta 1992, cuando un equipo de la Universidad de Maryland hizo pruebas a 148 voluntarios que participaban en el ensayo de una vacuna y encontró que su temperatura media era de 36,8 ºC. En 2017, un estudio realizado en el Reino Unido con más de 35.000 personas halló una temperatura media de 36,6 ºC.

El autor principal del estudio de 1992, el médico especializado en enfermedades infecciosas Philip Mackowiak, sospechaba que la diferencia se debía a los termómetros rudimentarios de los que disponía Wunderlich. Más tarde probó uno de esos termómetros —conservado en la colección del Museo Mütter de Filadelfia— y encontró que marcaba una temperatura más de 1 ºC superior a la real. Mackowiak llegó a la conclusión de que los errores de medición estaban detrás de la temperatura media de 37 ºC hallada por Wunderlich.

Pero según Parsonnet, los datos de su grupo indican que la temperatura corporal realmente está bajando. El equipo examinó tres conjuntos de datos. En el más antiguo, una base de datos de 83.900 temperaturas recogidas de 1862 a 1930 entre veteranos de la Guerra de Secesión, los investigadores encontraron que las personas nacidas antes tendían a tener temperaturas corporales más altas que las nacidas en años posteriores, incluso cuando las mediciones se realizaban en el mismo período (y por lo tanto, presumiblemente, con la misma tecnología).

Eso indica que la tendencia descendente no se debía a las mejoras técnicas de los termómetros, asegura Parsonnet. «Si lo único que cambia son los termómetros, las diferencias deberían estar relacionadas con el año en que se midió la temperatura.»

Empleando los datos de la Guerra de Secesión, junto con cientos de miles de medidas realizadas en la década de 1970 y entre 2007 y 2017, el equipo de Parsonnet modelizó los cambios de la temperatura corporal. De acuerdo con sus resultados, las mujeres nacidas en la última década del siglo XIX tenían temperaturas 0,32 ºC más altas que las que nacieron en 1997; para los hombres, las temperaturas habrían disminuido 0,59 ºC desde principios del siglo XIX. En general, la temperatura parece haber caído a un ritmo de 0,03 ºC por decenio, según informa el equipo de Parsonnet.

Cambios fisiológicos

Parsonnet cree que esta caída de la temperatura corporal podría estar relacionada con el descenso en la incidencia de las infecciones. La respuesta inmunitaria inflamatoria a las infecciones de larga duración, como la tuberculosis y las enfermedades periodontales, puede elevar la temperatura corporal, señala la investigadora.

«Si nos fijamos en la gente que vivía en el siglo XIX, estoy segura de que la mayoría tenía una enfermedad inflamatoria crónica», aventura Parsonnet. «Vivían 40 años o menos. Todos tenían una dentadura terrible.» Un pequeño estudio realizado en 2008 con voluntarios sanos de Pakistán, donde la tuberculosis aún es relativamente común, encontró que la temperatura corporal media era de 36,9 ºC.

Esa explicación es «interesante y plausible», valora Jill Waalen, epidemióloga del Instituto de Investigación Scripps, en California, que revisó el artículo del equipo de Parsonnet para eLife. Sin embargo, ninguna de las mediciones de temperatura en las que se basaron los investigadores correspondía al período en que se introdujeron los antibióticos, en torno a la década de 1940. Waalen indica que un descenso marcado de las temperaturas corporales durante este período apoyaría la teoría de que el enfriamiento se debe al menor número de infecciones.

Mackowiak, sin embargo, no está convencido de que la temperatura corporal esté bajando. «Hay muchas variables que no han tenido en cuenta», apunta. Por ejemplo, los datos de la Guerra de Secesión no indican si las temperaturas se tomaron en la boca o en la axila (ambos valores pueden diferir para la misma persona), ni la hora del día en que se midieron (el cuerpo tiende a calentarse durante el día).

«Ninguna explicación biológica me parece convincente», añade Mackowiak. «Estamos hablando de 200 años; en la evolución de la vida, eso es apenas un parpadeo.»

Pero hay otros aspectos de la fisiología humana que han cambiado, por lo que no debería sorprendernos que nuestros cuerpos estén un poco más fríos, sostiene Parsonnet. «También nos hemos vuelto más altos y más obesos. Hemos cambiado desde la década de 1850. La temperatura corporal no es más que otra señal de ese cambio.»

Ewen Callaway/Nature News

Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Nature Research Group.

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