Los niños que respiran por la boca no suelen dormir bien, lo que les hace estar cansados durante el día y posiblemente no puedan concentrarse en los estudios. Dormir mal también contribuye a un mal crecimiento de los niños.
- Por: Parenting Desk |
- 25 de noviembre de 2019 9:15:47 am
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(Fuente: Getty Images)
Por lo general, respiramos por las fosas nasales, para así calentar y humedecer lo que atraviesa nuestros conductos nasales. Sin embargo, algunos niños inspiran y espiran sobre todo por la boca. Esto se conoce como respiración bucal.
¿Qué causa la respiración bucal?
Las enfermedades estacionales como el resfriado común pueden causar una respiración bucal temporal que no es motivo de preocupación. Sin embargo, la respiración bucal crónica puede indicar que un niño o un adulto necesita una intervención adicional.
Algunas de las causas más comunes de la respiración bucal en bebés y niños son el aumento de tamaño de las adenoides y las amígdalas, las anomalías de nacimiento, como la atresia de coanas, el paladar hendido o el síndrome de Pierre Robin, y las alergias.
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Uno de los efectos secundarios más comunes de la respiración bucal es una boca excesivamente seca. En condiciones normales, la saliva limpia continuamente las bacterias de la boca. Sin embargo, si la boca está seca, esas bacterias pueden afianzarse más fácilmente y causar problemas como las caries.
Con el tiempo, los niños cuya respiración bucal no se trata pueden sufrir un desarrollo facial y dental anormal, como caras y bocas largas y estrechas, sonrisas gingivales, gingivitis y dientes torcidos. Los malos hábitos de sueño derivados de la respiración bucal pueden afectar negativamente al crecimiento y al rendimiento académico. Además, la respiración bucal puede provocar una mala concentración de oxígeno en el torrente sanguíneo, lo que puede causar hipertensión, problemas cardíacos, apnea del sueño y otros problemas médicos.
Los niños que respiran por la boca normalmente no duermen bien, lo que les hace estar cansados durante el día y posiblemente no puedan concentrarse en los estudios. Dormir mal también contribuye a un mal crecimiento de los niños. Además, provoca una disminución de los niveles de dióxido de carbono, reduce la circulación sanguínea, ralentiza el cerebro y los reflejos e incluso provoca episodios de mareo y, a veces, de pérdida de conocimiento.
Los investigadores han señalado cómo la respiración bucal y la hiperventilación asociada a ella provocan y agravan el asma, la hipertensión arterial, las enfermedades cardíacas y otros problemas médicos.
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Cuando se respira por la boca o se respira en exceso, los pulmones se sobreestimulan con oxígeno, pero las vías respiratorias se resecan y se produce una vasoconstricción, por lo que se absorbe una cantidad ineficiente de oxígeno a través de los alvéolos pulmonares. Al respirar por la boca, está fallando el corazón, el cerebro y todos los demás órganos al negar una oxigenación óptima.
La respiración bucal es una condición altamente tratable y los padres no deben ignorarla. Cuanto antes se trate a un niño, menos probabilidades tendrá de experimentar cualquier complicación crónica y a largo plazo de la respiración bucal.
(Con aportaciones del Dr. Srikanta J T, consultor del Departamento de Neumología Pediátrica del Hospital Aster RV)
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