Las aguas superficiales son las que se encuentran en la superficie de la Tierra, como ríos, arroyos y humedales. También puede denominarse agua azul. La gran mayoría se produce por las precipitaciones y la escorrentía de las zonas cercanas. Cuando el clima se calienta en primavera, la nieve derretida corre hacia los arroyos y ríos cercanos, contribuyendo a una gran parte de nuestra agua potable. Los niveles de agua superficial disminuyen como resultado de la evaporación, así como el agua que se desplaza hacia el suelo convirtiéndose en agua subterránea. Además de utilizarse como agua potable, las aguas superficiales también se utilizan para el riego, el tratamiento de aguas residuales, la ganadería, los usos industriales, la energía hidroeléctrica y el ocio. Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), aproximadamente el 68% del agua suministrada a las comunidades procede de aguas superficiales. Para los informes de uso del agua del USGS, el agua superficial se considera agua dulce cuando contiene menos de 1.000 miligramos por litro (m/L) de sólidos disueltos.
Imagen de todo el caudal de agua superficial del río Alapaha cerca de Jennings, Florida, que va a parar a un sumidero que conduce a las aguas subterráneas del Acuífero Floridano.
Un ejemplo de agua superficial es el lago Kinney.
Hay tres tipos principales de aguas superficiales. Las aguas superficiales permanentes (perennes) están presentes todo el año. Esto incluye ríos, pantanos y lagos. Las aguas superficiales semipermanentes (efímeras) se refieren a las masas de agua que sólo están presentes en determinadas épocas del año, incluyendo zonas como arroyos, lagunas y charcas. Las aguas superficiales creadas por el hombre son aquellas que pueden continuar por medio de infraestructuras que el ser humano ha montado. Se trata de lagos, presas y pantanos artificiales. El agua superficial retenida por las presas puede utilizarse para la energía renovable en forma de hidroelectricidad. La energía hidroeléctrica consiste en forzar las aguas superficiales procedentes de ríos y arroyos para producir energía.