La desinformación y los mitos que circulan sobre la salud femenina pueden ser increíblemente perjudiciales para las mujeres. Una parte de la anatomía femenina comúnmente mal entendida es el himen.
El himen es un tejido remanente justo dentro de la abertura de la vagina que queda de cómo se forma la vagina durante el desarrollo embrionario.
Se suele ver como una pequeña cantidad de tejido extra en forma de media luna o anillo alrededor del borde de la abertura vaginal. Muchas personas se sorprenderán al saber que el himen no tiene una finalidad médica o fisiológica demostrada.
Para algunas mujeres, prácticamente no existe ningún tejido. Para otras, es una membrana que cubre la abertura vaginal. Esta situación es poco frecuente, y puede interferir en las relaciones sexuales o en el uso de tampones, pero puede eliminarse quirúrgicamente.
El mito más común en torno al himen es que permanece «intacto» hasta que se rompe durante la penetración vaginal, lo que lo convierte en un marcador físico de virginidad. Aunque hay muchos casos en los que las mujeres experimentan una pequeña cantidad de sangrado debido a la rotura del himen en la primera relación sexual, esto no es en absoluto una experiencia universal, ya que hay muchas mujeres que tienen muy poco tejido allí en primer lugar.
Otro mito común es que el himen es rígido y penetrable. En realidad, el tejido es elástico y flexible, lo que significa que no necesariamente se desgarra con la penetración. En muchos casos, se produce algún desgarro o estiramiento con el tiempo a causa de los tampones, los exámenes ginecológicos o el ejercicio vigoroso.
Debido a estos factores, es imposible saber al examinar a una mujer si es virgen.
La idea de que la virginidad puede medirse o verificarse es quizás el mito más dañino y perjudicial. Suponer que el comportamiento sexual de una mujer puede inferirse a partir de su apariencia es denigrante, y las culturas que sugieren el uso de un examen del himen para comprobar la virginidad invitan a emitir juicios incorrectos e injustos sobre las mujeres.
En realidad, la única forma de averiguar si una mujer ha tenido relaciones sexuales es preguntándole.
Jonathan Schaffir es ginecólogo y obstetra en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio.