Actinomicosis

¿Qué es la actinomicosis?

La actinomicosis es una infección crónica o lentamente progresiva causada por varias especies bacterianas del género Actinomyces, más comúnmente Actinomyces israelii. Los Actinomyces son habitantes normales de la boca, el tracto gastrointestinal y el tracto genital femenino, y no causan una infección a menos que haya una rotura en la piel o la mucosa. Los Actinomyces también parecen requerir la presencia de otras bacterias acompañantes para causar la enfermedad.

La enfermedad se caracteriza por la formación de un absceso y de tractos sinusales de drenaje (pequeños túneles que se abren en la superficie de la piel o de las membranas mucosas y que drenan pus). El pus que drena contiene gránulos amarillos llamados gránulos de azufre. Se denominan así por el color de los gránulos, no por su contenido.

La actinomicosis debe diferenciarse del actinomicetoma, que es una infección crónica de la piel y el tejido subcutáneo, que suele afectar al pie (véase micetoma). El actinomicetoma está causado por diferentes especies de Actinomyces que se encuentran en el suelo y en el material vegetal de las regiones tropicales.

¿Quién corre el riesgo de padecer actinomicosis?

La actinomicosis es relativamente rara, pero los siguientes factores aumentan el riesgo de infección:

  • Higiene bucal deficiente seguida de cirugía o traumatismos dentales
  • Deterioro de la inmunidad, por ejemplo, medicamentos inmunosupresores o afecciones crónicas como la diabetes mellitus
  • Malnutrición
  • Residencia en países tropicales
    • ¿Cuáles son las características clínicas de la actinomicosis?

      Aginomicosis cervicofacial

      La actinomicosis cervicofacial (cuello y cabeza) es la forma más común de infección, representando el 50-70% de los casos. La cirugía dental, los traumatismos orales o faciales, o el daño tisular local causado por el cáncer o la radioterapia suelen preceder a la infección. La infección suele comenzar con un bulto duro, no doloroso y lentamente progresivo en la mejilla o alrededor de la mandíbula. Este bulto evoluciona hasta convertirse en abscesos y fosas nasales que drenan. Los tejidos circundantes se inflaman. A veces hay fiebre y otros síntomas de infección sistémica. La actinomicosis alrededor de la mandíbula puede causar trismo (espasmo prolongado de los músculos de la mandíbula).

      Los ganglios linfáticos no suelen estar agrandados y generalmente hay poco dolor, a menos que se compriman las estructuras adyacentes. La infección se extiende lentamente a los tejidos y órganos circundantes, como el cuero cabelludo, los ojos, los oídos, la lengua, la laringe y la tráquea. En ocasiones se produce la invasión del hueso adyacente. La infección puede extenderse a las meninges (las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal) causando meningitis.

      Aginomicosis abdominal

      La enfermedad abdominal (10-20% de los casos) suele producirse tras una rotura de la mucosa gastrointestinal, por ejemplo, después de una cirugía, apendicitis, diverticulitis o ingestión de cuerpos extraños como espinas de pollo o pescado. Esta enfermedad es difícil de diagnosticar, ya que los pacientes suelen presentar síntomas inespecíficos y lentamente progresivos, como fiebre, pérdida de peso, diarrea o estreñimiento y dolor abdominal. Cualquier órgano abdominal puede verse afectado por la propagación directa de la enfermedad. Ocasionalmente se encuentran tractos sinusales que se extienden a la piel de la pared abdominal o al tejido mucoso del recto o el ano.

      Actinomicosis pulmonar

      La enfermedad pulmonar (15-20% de los casos) suele estar causada por la aspiración (inhalación) de secreciones orales o gastrointestinales. La infección se presenta con síntomas inespecíficos lentamente progresivos como tos, producción de esputo, dificultades respiratorias y dolor torácico. La infección puede extenderse lentamente hasta afectar a estructuras locales como el corazón y la pared torácica, con tractos sinusales que ocasionalmente se extienden a la piel del tórax.

      Actinomicosis pélvica

      La actinomicosis pélvica es poco frecuente y está asociada al uso de dispositivos anticonceptivos intrauterinos. Los síntomas comunes de esta infección incluyen molestias en el bajo vientre, sangrado vaginal anormal y flujo vaginal.

      Actinomicosis cutánea primaria

      La actinomicosis cutánea primaria es muy poco frecuente y afecta a la piel expuesta tras la implantación directa del organismo durante una lesión.

      ¿Cómo se diagnostica la actinomicosis?

      • El material obtenido de la aspiración de un absceso o del tracto sinusal, o de una muestra de biopsia, puede cultivarse en el laboratorio; se requieren condiciones de crecimiento estrictas para cultivar Actinomyces. A menudo habrá una variedad de bacterias acompañantes.
      • Los gránulos de azufre pueden examinarse al microscopio en busca de rasgos característicos de Actinomyces; sin embargo, esta no es una prueba concluyente, ya que otra bacteria llamada Nocardia tiene un aspecto similar.
        • ¿Cuál es el tratamiento de la actinomicosis?

          El objetivo del tratamiento de la actinomicosis es tratar la infección con grandes dosis de antibióticos y cirugía para crear condiciones aeróbicas desfavorables para el crecimiento de las especies de Actinomyces.

          • La actinomicosis se trata con antibióticos, como la penicilina. Suelen ser necesarias altas dosis de penicilina intravenosa seguidas de penicilina oral para penetrar en las zonas de fibrosis y supuración. A menudo se requiere un tratamiento prolongado para evitar recaídas.
          • Los antibióticos alternativos incluyen las tetraciclinas, la eritromicina y la clindamicina.
          • El tratamiento quirúrgico incluye el drenaje de abscesos profundos, la escisión de tractos sinusales y la extirpación de masas infectadas voluminosas.
          • El tratamiento combinado de penicilina y cirugía casi siempre produce una curación

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