Aunque la ventana moderna pueda parecer un artilugio bastante simple, en realidad está hecha de docenas de piezas cuidadosamente diseñadas. Las ventanas de doble acristalamiento son capaces de aislar mucho mejor que una sola hoja de vidrio, pero incluso eso requirió cientos de años de refinamiento e ingeniería antes de que pudiera hacerse lo suficientemente gruesa y plana como para poder ver a través de ella.
Antes de que surgieran las primeras formas de vidrio, una ventana era un simple agujero en el lateral de un edificio, sobre el que podían colgarse crudas cortinas de piel de animal por la noche. No era muy cómodo. Entonces, ¿cómo surgió la ventana de cristal moderna?
¿Cuándo se inventaron las ventanas de cristal?
El cristal, como material, es poco frecuente en la naturaleza. Por lo general, se presenta en forma de obsidiana, que es totalmente negra. El vidrio sintético se extendió por primera vez en el antiguo Egipto y Mesopotamia en torno al año 3500 a.C., y llegó a utilizarse en jarrones y copas miles de años después.
Las ventanas de vidrio, en cambio, llegaron mucho más tarde. Los antiguos romanos las utilizaban, de forma esporádica, en las villas más lujosas y en los edificios gubernamentales, aunque sus cualidades ópticas estaban muy por detrás de lo que podríamos esperar hoy en día. En ciertos lugares, como las iglesias, esta dificultad se convirtió en una oportunidad: las vidrieras permitían representar ciertas escenas religiosas. En este entorno, la transparencia no importaba.
Las primeras formas de vidrieras eran de «hoja ancha». Se hacían soplando primero un tubo de vidrio, y luego cortando un lado y enrollando el conjunto en plano.
La dificultad de fabricar ventanas de vidrio las convirtió en una especie de símbolo de estatus – y esto continuó hasta la Inglaterra de los Tudor, donde sólo los hogares más ricos podían permitirse ventanas de un tamaño decente. En Europa, el renacimiento italiano no dejó ningún aspecto de la cultura o la industria sin tocar. Las ventanas se hicieron más altas y elegantes, y se separaron con parteluces y travesaños (los travesaños de madera que atraviesan la superficie de una ventana). Con el paso del tiempo, estos elementos se fueron estrechando progresivamente, para que pudiera pasar más luz a través de la ventana.
La ventana de guillotina
En el siglo XVII se introdujo un tipo de ventana totalmente diferente: la ventana de guillotina. Esta variedad de ventana consistía en dos paneles móviles, que podían deslizarse uno detrás del otro para crear una abertura. Las ventanas de este tipo debían fabricarse con «vidrio de corona»: un material más asequible que se creaba haciendo girar discos del material y cortando luego esos discos en hojas anchas.
Ventanas modernas
Hoy en día, nuestras ventanas se fabrican casi universalmente con vidrio «flotado» mecanizado. Este proceso surgió a mediados del siglo XIX y, aunque se ha perfeccionado mucho desde entonces, los principios utilizados hoy en día siguen siendo los mismos: el vidrio fundido se vierte en un baño de estaño fundido. Los dos materiales son inmiscibles, lo que significa que la lámina flota sobre el estaño fundido al enfriarse (como el aceite podría flotar sobre el agua). El resultado es una lámina perfectamente lisa en ambas superficies, que, tras un pequeño tratamiento adicional, se vuelve perfectamente transparente.